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nov

HISTORIA CORTA EN CUATRO PARTES: LA TERNURA DE BOLÍVAR

UNO
Simón Bolívar tuvo fama de malgeniado, de uraño, excepto con las mujeres a las que amó, pero en Arequipa y en el año de 1825 cuando vino a hacer jurar fidelidad a la independencia, tuvo un gesto de ternura que desconcertó a los que fueron testigos del mismo.
En la casa de la familia Rivero destinado para su alejamiento en la calle Billota, hoy Mercaderes 317 los que le acompañaron en su ingreso a la ciudad, que incluían al obispo Goyeneche y su cabildo, autoridades, militares y vecinos notables, dos preciosas niñas del colegio de Educandas fundado por el cura de El Fierro, se acercaron a él llevando en bandejas joyas y monedas que habían logrado reunir o adquirir con su trabajo para entregárselas al ejército libertador.
DOS
Cuando estuvieron frente a Bolívar las pequeñas hablaron, y para acrecentar los donativos se despojaron de sus propias joyas diciendo que todo era poco para pagar el inmenso que su patria había recibido con la Libertad.
Bolívar había ingresado por lo que ahora es el puente Bolognesi que entonces era llamado puente Viejo y en su camino al centro era aplaudido por unos y otros, partidarios del monarquismo de San Martín cuestionaron su presencia.
En el trayecto hizo un desaire al representante de la Academia Lauretana y por entonces alcalde segundo de la ciudad, quien después sería ministro de Estado. Entre tanto el obispo Goyeneche se preparaba para un enfrentamiento con el militar venezolano que estaba anunciado sería duro y replicante.
TRES
El libretador se puso de pie para agradecer y un silencio general se percibió en el ambiente. Bolívar no habló de inmediato mientras sus ojos mostraban el brillo singular de los genios. Cuando decidió hacerlo su breve discurso fue de una conmovedora elocuencia y de gran ternura.
Recordó que durante 15 años los peruanos habían combatido por la libertad y que las mujeres alimentaron el valor de los soldados. Señaló que esclavos habían sido los padres y los esposos también y que el destino que esperaba a sus hijos era la esclavitud.
Mencionó que millares y millares habían muerto gloriasamente combatiendo por la causa justa y santa de los derechos y esos soldados eran peruanos y también venidos de las costas del Atlántico en una lucha destinada a vencer o morir.
CUATRO
Ustedes son libres dijo el Libertador, sus padres, sus hermanos y sus hijos también lo serán. El General Miller, quien estaba presente dice en un escrito que Bolívar no conocía rivales en la improvisación y que en un día logró contestar 17 arengas sucesivas con la más asombrosa propiedad y con un colorido que provocó llantos y aplausos.
Las niñas besaron a Bolívar. Quisieron hacerlo en sus manos pero el Libertador no lo permitió y días después oficiales y soldados dieron un óbolo para las niñas del colegio Educandos y los huérfanos del orfelinato.
La narración está contenida en un libro escrito por Guillermo Zegarra Meneses en la que se agrega que el colegio de las Educandas terminó por cerrar y sus funciones benefactoras fueron asumidas por las monjas francesas de la congregación de los Sagrados Corazones.

Fuente: Diario El Pueblo


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