Bajo la resolana en medio del blanco sillar de la quebrada de Anashuayco, unos cuerpos desnudos entrelazan sus manos, cual Adán y Eva se internan en el paraíso, libres de lujuria y pudor.
Por: Mariela Zuni M.
Al pie del Misti adanes y evas se despojan de su piel artificial y lucen su desnudez bajo los rayos del ardiente sol que se posan libremente en aquellos espacios siempre ocultos a la vista de los demás.
Se hacen llamar naturistas, ya que al desnudarse logran conectarse con la naturaleza. Alcanzan el equilibrio entre lo físico y espiritual, un estado de aceptación del “yo” tal cual Dios lo hizo, con sus virtudes e imperfecciones.
Aquellas áreas del cuerpo más blancas, que casi nunca ven la luz, se muestran aún tímidamente en la tierra characata, y es que si bien el movimiento naturista se desarrolla en nuestro país desde aproximadamente el año 2003, en Arequipa recién este año ha tomado un mayor impulso.
Todavía el Misti se ruboriza por la belleza del cuerpo humano al natural. Según César Rodríguez, impulsor del naturismo en Arequipa, la sociedad aún es muy conservadora, pero eso no evita que haya vanguardistas, que se atreven a practicar el nudismo como un estilo de vida.
“Somos gente común y corriente, que trabaja, tiene esposa e hijos, y que hemos encontrado en el naturismo una forma de vivir en armonía, aceptando en nuestros cuerpos las imperfecciones de los demás”, comenta César, está nervioso y suda al notar la presencia de un fotógrafo.
Traga saliva y acepta ser fotografiado. Más tranquilo explica que hasta hace un tiempo había evitado exponerse directamente al lente de una cámara, ahora ha decidido contar su experiencia en el mundo del naturismo, algo que el resto de los miembros del grupo deberían hacer.
Recuerda que cuando niño descubrió el gusto por vivir en desnudez. Criado en un hogar pegado a las prácticas religiosas, con un padre pastor evangélico, nunca sintió que el estar desnudo era algo de qué avergonzarse.
Con los años se dio cuenta que no estaba solo, en el mundo el movimiento naturista había adquirido peso, principalmente en Europa. Motivado viajó a Lima y entró en contacto con los integrantes de la Asociación Naturista Nudista del Perú (ANNPE), en la actualidad con más de 100 socios.
Durante el verano, casi todos los domingos se reúnen en la playa Puerto Bonito, ubicada a la altura del km 72 de la Panamericana Sur. Aunque es una playa nudista no oficial, está lo sufrientemente alejada de los fisgones.
César desde hace seis años es impulsor del movimiento naturista en la Ciudad Blanca. Aunque el inicio no fue fácil, debido a la intolerancia de algunas personas, la participación de los arequipeños se ha incrementado el presente año.
Hace unos meses la publicación de una fotografía en la cuenta del Facebook de la Asociación Naturista Nudista de Arequipa (ANNA), administrada por César, fue denunciada y cerrada. Ello tras un inconveniente al realizar una sesión de fotos en un campo de cultivo en el distrito de Paucarpata, los vecinos pidieron incluso la intervención de la Policía.
La ANNA ha vuelto a la red social, y ha servido como el mejor medio para hacer la convocatoria a los hombres y mujeres prestos a despojarse de lo sintético, para experimentar una vida al natural.
“Este domingo 28 de agosto (hoy) tenemos una reunión, y por tercera ocasión se realizará una jornada nudista”. Son dos actividades. La primera es una reunión “textil”, es decir, los asistentes pueden participar de una charla informativa, en la segunda parte se invita a los asistentes a ser parte de la jornada naturista, allí se despojan de su ropa en un ambiente cerrado y fuera de la vista de los curiosos.
Generalmente el centro de reunión es la “Casita del Matadero”, un lugar acogedor, prestado por una integrante del grupo, ubicado a unos pasos del puente Bolognesi. De un grupo de diez, unos tres a cuatro, deciden realizar las dinámicas y actividades deportivas sin ropa.
Casi siempre el desnudismo o naturismo es asociado a los actos sexuales. Todo lo contrario, de hecho, en el lugar donde el nudismo es de verdad practicado, la actividad sexual, el exhibicionismo y los mirones están estrictamente prohibidos. Las actividades sexuales no están permitidas en ningún centro o evento nudista tanto como en cualquier típico lugar público.
El naturismo no persigue el exhibicionismo. A nadie le parece una buena idea desnudarse frente a las personas en un lugar público, comenta César, sin embargo, hacerlo en un ambiente cuidado, favorece la autoestima de las personas, principalmente de las mujeres. Lleva a ser tolerante frente a los demás.
“Las partes que escondemos como vergonzosas o malas, las dejas al descubierto y simbólicamente eres tolerante frente a las partes buenas y malas de los demás”, manifiesta Carlos, quien da charlas como Dios lo trajo al mundo.
INTERACCIÓN FAMILIAR
El fin del naturismo es que se practique por toda la familia, padre, madre e hijos. Para fomentar ello, en el grupo arequipeño, existe un filtro en el ingreso de nuevos integrantes. La condición es que sean parejas (hombre y mujer) de cierta forma con ello logran evitar la presencia de pervertidos, que buscan simplemente ver cuerpos desnudos.
En las reuniones no se acepta el ingreso de menores de edad, a no ser que estén acompañados de sus padres. En los próximos meses se tiene programado efectuar una actividad al aire libre, podría ser en la campiña, en una zona alejada.
FORMALIZACIÓN
El último viernes, después de un trabajo iniciado en el año 2005, la Asociación Naturista Nudista del Perú (ANNPE), logró obtener la personería jurídica respectiva y su inscripción en la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp), con una variante en el nombre, el cual ahora será Asociación Naturista Nudista de Lima (ANNLI). Un logro que permitirá consolidarse como organización y tener mayor representación en el ámbito nacional e internacional.
Tras haber logrado dar ese paso tan importante, lo que queda es formalizar también a sus ramificaciones del interior del país, entre ellas Arequipa.
Para ser nudista no necesariamente debe tener un cuerpo de modelo. Los hay de cualquier forma o tamaño, gordos, flacos, con cicatrices, estrías, velludos o lampiños. De edades y profesiones diversas. Están unidos por una corriente que los despoja de lo artificial para vivir al natural, algo que en estos tiempos a muchos resulta raro.