En serranías de Arequipa sobreviven antiguos juegos
Por: Mariela Zuni M.
En un campo de pasto amarillo característico del invierno de nuestra serranía juega María Esther, risueña cual hermosa florecilla resalta en aquel espació donde su imaginación es infinita, sin estrecharse a aquella pantalla rectangular a la que muchos niños citadinos viven anclados.
A sus once años ha tenido un intermitente contacto con el Internet, ninguno con las redes sociales, el Bluetooth o el wifi Y es que por la lejanía de su pueblo el acceso a estos inventos de la modernidad le es dificultoso.
A pesar de la humildad de su hogar, es una niña feliz. Le basta cubrirse los ojos y contar “uno, dos, tres, (…) diez”, para iniciar una divertida dinámica de interacción con sus pares del colegio, o sus amigas en los bofedales donde pasta sus alpacas y ovejas.
Al estar la naturaleza a su alcance, un simple hoyo en el suelo puede servir para arrojar piedras en él a modo de una competencia. Además los niños de la serranía gustan de utilizar en sus juegos la yareta con la cual hacen edificaciones, puentes y casas, en una especie de representación de su comunidad o estancia.
Juegos como: la pelota “hayt’ay”, hecha de trapo o de los testículos de los animales que patean los niños entre los arbustos de hichus a modo de obstáculos; la “chiwequeña” que consiste en salta una soga tejida con lana de la oveja; el “tullu kumpay” una tradicional competencia en la que se deben tumbar los huesos utilizando piedritas.
Además, tenemos al “uywa michiq”, que simula la actividad del pastoreo, el huesito adivinador, el aro andino, la estancia, entre otros, han pasado de generación en generación, dejados como herencia de una niñez pobre en cosas materiales, pero rico en costumbres y tradiciones.
Los juguetes son cosa a parte: encontramos desde muñecas de piedra y de trapo, las pelotas de trapo, lo balones elaborados con la vejiga de la oveja o el cuero de llama; los aros con sus manillas, los carros de hueso, los trompos de piedra, el tren de hueso, entre otros.
AMIGOS DE PIEDRA
Como en su comunidad lo que más abundan son las piedras y rocas, de diversas formas, colores y tamaños, los niños y niñas del distrito de Sibayo en la provincia de Caylloma, han encontrado una manera muy creativa de divertirse utilizándolas para afinar su puntería, o en la confección de muñecos de hombres, mujeres y animales, dándoles pinceladas de colores.
María Esther tiene una amiga de barro, no posee articulaciones que le den movimiento, ni curvas de modelos esculturales como la famosa Barbie, y es que aunque su muñeca tenga el corazón frío, la arropa cuidadosamente para darle calor, estrechándola en sus brazos o llevándola en la espalda cargada en una lliclla.
Sus compañeros del colegio, Victoria, Joel y Jean Pier, también tienen sus amigos de piedra, con los cuales simulan luchas de cuerpo a cuerpo, fiestas patronales, o actividades diarias como el pastoreo o la caminata al colegio.
Cada diseño ha sido elaborado con sus manos, o heredada de sus padres y abuelos, por ello son considerados valiosos e irremplazables.
EL ENCUENTRO
El pasado 31 de agosto en la plaza de Chivay, la población fue testigo de la riqueza cultural y lingüística que poseen los niños y niñas de las instituciones educativas de la provincia de Caylloma. La actividad tuvo como objetivo seleccionar a la delegación escolar que representará a la Región Arequipa en el Tinkuy Nacional 2016, que se realizará en la ciudad de Lima del 9 al 16 de octubre.
La palabra quechua Tinkuy que significa encuentro, describe correctamente al evento anual que congrega a niños y niñas de los pueblos andinos, selváticos y afroperuanos de diferentes regiones del país. Este año los menores mostrarán a los adultos como se divierten sin necesidad del bendito celular o el tan mentado juego del Pokémon Go.
A la cita en Chivay acudieron los estudiantes de las instituciones educativas Nº 40395 de Cota Cota, N°40392 JAEF de Imata, Nº 40398 de Colca Huallata y la Nº 40393 de Sibayo. Por cada colegio participaron cuatro estudiantes del sexto grado, dos mujeres y dos varones, que tuvieron 30 minutos para socializar sus juegos tradicionales, sus saberes y las vivencias de su comunidad.
Dispuesta a ser parte de esta interacción, la Coordinadora Regional de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) de Arequipa, Noemí Ticona Valdivia, se animó a jugar con los estudiantes de la institución educativa Nº 40392 JAEF de Imata, que elaboraron una típica “matachola”.
El juego consiste en una cuerda de la cual cuelga una bola tejita y rellena de trapos, que se ata a un tronco de árbol. Los participantes deben golpear con la mano la “matachola” y darle vueltas hasta que termine de enredarse en el poste, el que logre ello es el ganador.
Al final del evento la sorpresa fue grande para la delegación de la comunidad de Sibayo, que presentó el juego “Rumi Llaqta” o ciudad de piedra. Conformada por los estudiantes: María Esther Calla Supo, Victoria Evelin Flores Llacho, Joel Wenceslao Vilca Vilca y Jean Pier Supo Huanca, y dirigidos por el profesor Rodolfo Sabino Sarayasi Samayani.
María Esther y sus tres compañeros vivirán una increíble aventura junto a sus amigos de piedra y arcilla. Tendrán la oportunidad de dar a conocer en su lengua originaria, el quechua, la cultura de Arequipa e interactuar con niños de las regionales de todo Perú en el Tinkuy Nacional 2016, que lleva el lema “Recuperemos y revaloremos los juegos y juguetes de nuestros pueblos originarios”.
Existe el compromiso de seguir impulsando actividades culturales en lengua originaria, para afirmar en los niños y niñas una fuerte autoestima y sentido de pertenencia para que sean ciudadanos y ciudadanas comprometidos con su pueblo, con su país, y con la humanidad, es decir, la formación de una ciudadanía intercultural, enfatizó el director de la UGEL Caylloma, César Vásquez Meza, quien participó de la actividad junto al alcalde provincial, Rómulo Tinta Cáceres, representantes de la Gerencia Regional de Educación, los ASPI (Asistente de Soporte Pedagógico Intercultural) y docentes.
En una sociedad bombardeada por la tecnología, todavía hay niños que se divierten sanamente, corren, ríen y se imaginan mil y un historias.
Fuente : Diario El Pueblo
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