09

sep

Gastón Acurio y su relación con Arequipa

Por:  Gastón Acurio en un artículo publicado en Facebook

Por mis venas no corre sangre arequipeña, sin embargo amo Arequipa como si hubiese vivido alli toda mi vida.

La ame desde muy niño, cuando mi padre me llevo a un rinconcito arequipeño en Lince, a aprender a amar el chaque de tripas en punto de zapallo, la ubre dorada que gozaba en secreto sintiendo que era pecado, la sarsa de machas, cuando en las playas caminábamos sobre  machas.

Confirme mi amor eterno, cuando pise por primera vez su hermosa tierra. ( Para prueba la foto) Fuimos con toda la familia a vivir cada uno de sus barrios centenarios, a sentir la brisa de su campiña, a jugar    en su molino de Sabandia, a comprar mazapanes y toffes de la ibérica, a descubrir el mejor adobo del planeta mojado en pan de tres puntas.

Pasan los años y recuerdo mi primer viaje con mi familia en  camino.

Disfrutando con Astrid y sus siete meses de embarazo, gracias a sus sarsas de patitas, tortillas de camarones y de erizos recién llegados de ático, Cauches de queso que por su complejidad, hacían   llorar a cualquier raclette de suiza, el viaje al colca, cuando la ruta encalaminada casi ocasiona un parto prematuro, la fiesta de fin de año mas inolvidable que hayamos tenido en El cholololo arequipeño, en una mesa redonda ocupada por parejas que nos llevaban mas de 50 años de edad y una banda de heavy metal, que los hizo bailar sin parar hasta el amanecer al ritmo de Ozzy   osborne.

Llega el año 2002 y con mi amigo renzo Uccelli hicimos un viaje en busca de las verdades del Peru, y como no, una vez mas, Arequipa se encargaría de revelarnos casi todas. La caleta de ático y los mejores erizos del mundo, el viejo molino de aceite de oliva en medio de Yauca, Los jóvenes  pescadores de camarones, pescando en sus aguas heladas, en Camana, Majes, la joya, corire, Vittor y  a cada kilometro, belleza, riqueza, oportunidades por construir. Como aquello que hoy construyen las picanteras de arequipa para mostrar su cultura al  mundo.

Picanteras y picanterias que en aquel entonces eran igual de hermosas que hoy, la lucila y su civinche  de camarón hecho en batan, la nueva palomino y su rocoto hecho en horno de leña, todas estaban allí desde siempre, solo que entre ellas marcadas por la distancia a diferencia de hoy, unidas para   siempre.

Una receta de un arroz con camarones al horno con sazón arequipeña a ver quien se anima este domingo.

En una cazuela no muy honda y de fondo grueso, doramos ajo molido, cebolla picada y aji mirasol licuado. Añadimos ahora aji panca licuado, coral de camaron, oregano en polvo, sal, pimienta, pizca   de huacatay picado y cocinamos hasta que el aderezo este en su punto. Añadimos ahora un chorro de chicha, caldo de cabezas de camarón, choclo desgranado, habitas peladas y finalmente arroz crudo. Movemos, probamos de sal, dejamos que rompa a hervir y lo llevamos al horno a dejar que seque. Cuando seca colocamos los camarones enteros y tapamos. Retiramos del horno, un poco de rocoto y de huacatay. Listo.

 


Los comentarios están cerrados.

¿Por qué reservar DIRECTO?

Beneficios por reservar directamente en nuestra web

  • Mejor precio garantizado
  • Reserve en 2 pasos
  • Confirmación inmediata
  • Acceda a descuentos y ofertas exclusivas por reserva directa
  • Cancelación sin cargo
  • Pago en destino
  • Desayuno Buffet incluido
Saboree
nuestra cocina
saludable
WhatsApp Escríbenos